Como todo cobarde que se esconde en el anonimato, hay quienes pretenden atemorizar a las madres que denunciaron a la Clínica Nuestra Señora de la Dulce Espera, tal vez, creyendo que estos actos pueden quedar impunes, pero señores, lo que intentan hacer no es más que una torpeza.
Algunas mamás y familiares han expresado su preocupación por la presencia de autos desconocidos merodeando sus domicilios y con personas que señalan y en voz alta dicen "¡Acá es!" con el único fin de que los escuchen e intimidar.
El miedo, es una forma de acallar las voces de los que denuncian que se ha empleado por mucho tiempo, es una técnica utilizada por los que no pueden defenderse donde deberían hacerlo y que es la justicia.
Las mamás y familiares no están solas, sepan que quienes continúen por esta vía, deberán responder penalmente por sus actos y que además serán conocidos como unas ratas que sobre el dolor, pretenden infundir miedo.
Desde El Sindical, hacemos responsables a quienes teniendo la obligación de cuidar a las víctimas no hagan nada por esclarecer estos hechos que son preocupantes desde el punto de vista de que en una sociedad ordenada, no pueden ocurrir actos delictivos y quedar impunes, moralmente son despreciables.
Por Marcelo Ricardo Hawrylciw
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