Los padres de un bebé que murió luego de varias internaciones y altas, en una de las peores agonías que puede padecer un ser humano, como lo es vivir con episodios constantes de asfixia, con una falta intolerable de respeto por la vida y las personas, al montar escenas para engañar a los padres sobre la salud de la criatura.
Es totalmente repudiable el accionar de los médicos involucrados, es responsabilidad de los responsables de la clínica asumir ahora las consecuencias de sus actos, pero en esta y en otras muertes, como denuncias de mala praxis que tienen a la Clínica de Nuestra Señora de la Dulce Espera, ubicada en la calle Gral. Ferré 521, de la localidad de Avellaneda, partido de Buenos Aires, involucra a más actores, al Estado por no controlar, por habilitar clínicas sin verificar si están en condiciones de cumplir con lo que ofrecen.En una lucha desigual, Antonella y Walter, intentan evitar que esto se repita y tener justicia para Noah Nicolás León López, su bebé, el que agonizó, padeció sin que esto conmoviera ese espíritu de vocación por salvar vidas que uno espera de los médicos, especialmente de los que se dedican a los más frágiles. Pero no quiero como periodista limitar mi apreciación a la responsabilidad de la clínica y los médicos denunciados, que seguramente es la más importante, existe un desinterés reprochable de parte del sindicato que conduce el secretario general Basso Antonio Natalio y la obra social OSPIM ( Obra Social del Personal de la Industria Maderera), también presidida por Basso, cuya delegación se encuentra en la calle Estanislao Zeballos 1081 de Avellaneda, que no se ocuparon durante y después de lo que vivió la familia de Noah, aún hoy han dejado a una familia sola lidiando con una institución que para que tengan en cuenta muchos, tiene a varios sindicatos como clientes.
En una entrevista dura, de esas que siempre duelen escuchar, los papás nos cuentan lo difícil que es hacer que su caso se conozca, han recurrido a muchos medios sin que les dieran un espacio, han llamado y escrito a funcionarios sin éxito, nos mencionaron que recién hace días la concejal Verónica Juárez del HCD de Avellaneda, mostró interés, que les pidió le redacten una nota contando su caso para ver cómo podía ayudarlos, y por la difusión que tienen las redes sociales, llegaron a nuestro, para saber si podíamos escucharlos.
Hoy compartimos con ustedes, nuestros lectores el caso y las palabras de los padres, mientras investigamos y seguimos el caso, esperamos que el interés de la concejal Juárez sirva para ayudar a estos padres, que los funcionarios del municipio, del Ministerio de Salud de la provincia de Buenos Aires, que las autoridades del sindicato y la obra social se ocupen del caso, que el Colegio de Médicos local abra una investigación, que la Defensoría del Pueblo de Avellaneda, se ponga en contacto con los padres y siga el tema para tranquilidad de todos los vecinos y los que tienen en la cartilla de su obra social esta clínica, por Noah y por todos los que no han tenido justicia. Mientras esperan hay una página en Facebook donde muchos acompañan a los papás y aportan su experiencia en la clínica, Cerremos la Clínica Nuestra Señora de la Dulce Espera de Sarandí.
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