El domingo 17 de agosto del 2014, varios padres, familiares, amigos y hasta vecinos, se concentraron en las puertas de la Clínica Nuestra Señora de la Dulce Espera, con la intención de denunciar la mala atención médica y el maltrato que se dispensa en dicho lugar al que hoy se conoce como la clínica del horror de Avellaneda.
En la puerta de Gral. Ferré 521, pasadas las 16:00 hs. los padres y acompañantes pacíficamente se unieron para hacer visible su reclamo y conocer otros casos ocurridos en la Clínica Nuestra Señora de la Dulce Espera, todos con una enorme carga emotiva, como es volver a revivir todo el dolor al llegar a las puertas de un lugar en donde ingresaron con una vida, acompañaron la atención médica llenos de deseos de mejor, hicieron promesas, temieron, lloraron, pusieron fe, para terminar saliendo de ese lugar con los brazos vacíos y el corazón desgarrado.
No se trata solamente de la vida que han ayudado a perder el daño de estos médicos criminales desde su conducta y tratamiento, se trata del vacío que han dejado en las familias, del dolor que viven a diario, mientras estos solo piensan en el que seguirá para ocupar la cama y facturar a las obras sociales o prepagas que es lo único que preocupa a estos mercaderes de la salud.
Y en esto, conocidos los graves hechos, no se pueden despegar de la gran responsabilidad los titulares de sindicatos, obras sociales o prepagas a los que les iremos a preguntar ¿por qué?, quien en su sano juicio, continúa un vínculo contractual con una clínica bajo sospecha, denunciada reiteradamente y que por esas cuestiones que tiene nuestro sistema judicial, las condenas se van dilatando en el tiempo.
La innecesaria presencia de policías de antimotines, demuestra que muchas veces los delincuentes con dinero e influencias se adueñan incluso de la seguridad del resto de los vecinos, ya que para cuidar la clínica de la Dra. Sandra Panizza, que nadie pretendía dañar, se enviaron 5 móviles policiales y un grupo antimotines, esto enojo a muchos de los vecinos, que justamente son los mismos que se quejan de la inseguridad en Sarandí, los que repetían para estos delincuentes hay policías, acá te roban y te dicen que no tienen gente para mandar o que no alcanzan para patrullar.
Pudimos constatar que la familia Panizza no es una familia querida, que muchos los conocen de cuando eran gente de clase media y hoy todos dicen montaron un imperio con la recolección de basura, con los camiones, con la clínica y otros negocios, que muchos aseguran comenzaron en la época de los militares donde ellos por contactos fueron creciendo y atemorizando a los vecinos, aún hoy muchos hablan pero piden no ser mencionados por tenerle miedo a esta gente.
La marcha fue un éxito, se pudo establecer un canal de diálogo directo entre los familiares, conocer nuevos casos y saber que ahora en el barrio se habla sin bajar la voz de la clínica.
Los familiares agradecieron los apoyos, agradecieron a la concejal Verónica Juárez, pero también se dieron cuenta de que Avellaneda no tiene un solo concejal, algo que tendrán en cuenta a la hora de votar, también agradecieron a los policías presentes el respeto con el que estuvieron presentes, muy diferente a las burlas de algunos empleados mediocres e idiotas, que se burlaban y reían de los testimonios de los familiares.
La orden del Jefe de Distrito Comisario Inspector Javier Villar, fue la de brindar seguridad sobre los bienes como lo establece la Ley, pero sin confrontar con los familiares, algo que a veces algunos policías olvidan y la gente eso lo agradeció, porque nadie fue a romper nada, solo querían hacerse escuchar, en un acto de enorme valor, porque no es fácil ir sabiendo que en ese reclamo, en esos gritos existe impotencia y dolor.
Habrá quienes no entiendan el dolor, que se burlen o crean que esto pasará, pero hay también, quienes creemos en la justicia, en la fuerza de la unión, los que a pesar de lo difícil que es enfrentar a corruptos poderosos, sabemos que no van a poder tapar esto por mucho tiempo, sabemos que esto no se puede detener y que van a tener que terminar dando las explicaciones que correspondan en la justicia, por más que presionen, que amenacen, la verdad es una sola y va a llegar.
Gracias a todos los que nos siguen, a los que se han sumado, nuestro medio es un medio de información independiente, pero principalmente de participación y acción, del lado de la gente que no puede hacerse oír, Avellaneda tiene muchos medios, algunos que se dicen preocupados por los vecinos, pero que cuando tienen que estar donde hay que poner el cuerpo, prefieren estar cómodos en sus casas o paseando, la pauta de este lugar parece que condiciona a varios, ustedes colegas, también son cómplices de estas mafias.
Por Marcelo Ricardo Hawrylciw
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Como todo cobarde que se esconde en el anonimato, hay quienes pretenden atemorizar a las madres que denunciaron a la Clínica Nuestra Señora de la Dulce Espera, tal vez, creyendo que estos actos pueden quedar impunes, pero señores, lo que intentan hacer no es más que una torpeza.
